Las redes sociales como herramientas de manipulación política

Las redes sociales pueden suponer una peligrosa arma de manipulación política, gracias a su potente poder de difusión e influencia entre los usuarios. Hay muchas formas de llegar a personas y de explicar conceptos, ideas o iniciativas que promueven una cierta ideología, pero hacer de una forma disimulada o insinuada, para que no se vea claramente cuál es su verdadera intención.

El 2 de noviembre de 2010, cuando Facebook añadió un mensaje que aparecía en el muro de los usuarios anunciando aquellas amistades que ya habían votado, en el marco de elecciones legislativas estadounidenses, surtió efecto entre los usuarios, ya que 60 millones de votantes vieron esa nueva publicación en Facebook y la red calculó, cruzando datos entre sus  usuarios con el registro de votantes, que fueron a votar 340.000 personas gracias a este anunció de la popular red social, que influyo a todas esas personas que estaban en casa a votar, tal como lo estaban haciendo todos sus amigos de Facebook.

A partir de ese momento las redes sociales más populares como Facebook y Twitter han sido consideradas posibles herramientas o armas de manipulación política, ya que no es la única vez que se ha utilizado una red social como plataforma de difusión política para provocar reacciones concretas. Existen algoritmos que están optimizados para favorecer la difusión de la publicidad.

 

El propio equipo de Donald Trump, tal como indican en este artículo, reconoce que “cabalgaron hacia la Casa Blanca a lomos de las redes sociales, aprovechando su masiva capacidad para alcanzar usuarios tremendamente específicos con mensajes casi personalizados”.

 

 

El Instituto de Internet de la Universidad de Oxford publicó un informe en el que analizaban la influencia que estaban teniendo las plataformas digitales en los procesos democráticos en todo el mundo y concluyeron que los bots, cuentas automatizadas, pueden influir directamente en procesos políticos de importancia mundial.

 

Los bots se han utilizado para la manipulación política, porque son efectivos para hacer más fuerte la propaganda online. Cualquier usuario puede usar un ejército de robots políticos en Twitter para dar la sensación de un consenso a gran escala, asegura el equipo de Oxford. Y concluye: «La propaganda informática es ahora una de las herramientas más poderosas contra la democracia» y por ello las plataformas digitales «necesitan rediseñarse significativamente para que la democracia sobreviva a las redes sociales».