Diferencias entre software de gestión y ERP




Para poder clasificar un software de gestión como un ERP, necesitamos que dicho sistema cumpla con unas determinadas características y funcionalidades que lo hagan diferente de un software normal. Como ya hemos visto en diferentes entradas de nuestro blog, un software de gestión ERP tiene que cumplir con una serie de requisitos que incluyen un sistema de gestión integral adaptado a cada una de las necesidades de una empresa.

 

¿Cuáles son las principales diferencias?

 

La principal diferencia entre un software de gestión y un ERP deriva de su propia definición. Un ERP es un sistema que integra todos los procesos de negocio de una empresa, permitiendo que toda la información esté disponible en cualquier momento de manera centralizada, es decir, con acceso total todo el tiempo. Por su parte, un software de gestión normal se basa en múltiples aplicaciones independientes o modulares que duplican los datos o no los centralizan en una única base de datos. También encontramos programas informáticos que se basan en bases de datos de ficheros independientes, lo cual dificulta la disponibilidad de la información en cualquier momento, con toda la problemática asociada a ello. Asimismo, la definición de un ERP nos dice que este tipo de software está diseñado para modelar y automatizar los procesos de gestión de una empresa eliminando las complejas conexiones entre diferentes sistemas, lo que facilita el flujo de información entre las funciones de logística, manufactura, finanzas y recursos humanos de una empresa.

 

Cómo saber si nuestra empresa necesita un ERP

 

Aunque desde Apen recomendamos la implantación de un sistema de gestión ERP, somos conscientes de que muchas empresas no han tomado la decisión de cambiar su software de gestión actual por un ERP porque no conocen todas las prestaciones que éste último les puede ofrecer. A partir de un estudio minucioso de las necesidades de nuestra empresa, podremos establecer toda una serie de beneficios que de bien seguro inclinarán la balanza hacia un sistema de gestión ERP. Por ejemplo, para la gestión correcta de una cadena de abastecimiento es vital un ERP que le permita automatizar y no duplicar la información y facilitar la toma de decisiones de forma rápida y eficaz.

A modo de conclusión, podemos afirmar que el software de gestión normal y los ERP ocupan dos lugares diferentes en el mercado, claramente diferenciado técnicamente hablando, pero fácilmente confundibles si hacemos caso a la publicidad y el ámbito comercial, donde en algunas ocasiones se intenta vender dos productos diferentes como si fueran el mismo sin serlo. Este último punto ha hecho que muchas empresas se hayan visto en la disyuntiva de implementar un sistema u otro, y que paralelamente aquellas que han optado por un software de gestión pensando que era un ERP hayan tenido problemas de gestión que han dejado fuera sus necesidades reales como empresa.